martes, 30 de junio de 2009

Reflexiones sobre las repercusiones en torno a sectores libertarios luego de la muerte de Mauricio Morales

Hace un tiempo atrás supimos por los medios de prensa sobre la muerte de un joven (Mauricio Morales) que transportaba una bomba en su mochila y que supuestamente iba a ser colocada en dependencias de gendarmería en Providencia. Este terrible suceso debe llevarnos a una reflexión que dice relación con la eficacia de los métodos de lucha que hemos escogido para descargar nuestra rabia, hacer reivindicaciones o poner temas en el tapete.

Luego del fallido atentado se han sucedido, y porque así lo estaban esperando los servicios de inteligencia, se han agudizado los allanamientos a casas OKUPA, canales comunitarios de TV, CS Okupados, inclusive a actividades culturales y por supuesto, a individualidades, sin contar con los ya intervenidos teléfonos celulares, medios de comunicación virtuales, redes de contacto y sobre todo el brutal despliegue comunicacional condenatorio por los medios de prensa. Algunos pensarán que da lo mismo que los medios avalen (y hagan que las personas también así lo hagan) la represión de sectores en lucha, pero créanme que el presente texto apunta a que simplemente no les hagamos la pega tan, tan fácil como hasta ahora.

Parece ser que la represión va en alza y lo que es peor, validada por gran parte de las personas por incomprensión, miedo, ignorancia o concepciones ideológicas asumidas sin procesos de reflexión y por aquellos que si tienen intención de acabar con los anarquistas (que van desde la izquierda extra parlamentaria hasta la ultra derecha). Sabemos que la inteligencia policial (de rojo, verde, azul y civil) no descansa intentando atar cabos para seguir buscando a quienes están detrás de las acciones perpetradas por algunos compas. Es justamente ahí donde radica la preocupación del presente comentario: ¿Hablamos de una lucha revolucionaria legítima, de la más pura acción del descontento popular o una acción sin mayor análisis político-estratégico?, ¿Ameritan el actual contexto un muerto por una falla en la planificación de las acciones y un compa que arriesga 10 años por la ley antiterrorista, dado el bajo número que hemos asumido una lucha frontal contra el estado-capital burgués?.

El tema es delicado, sobre todo entendiendo que lamentablemente estos sucesos corresponden a la tendencia creciente entre muchos de las y los libertarios. Nadie puede esconder la rabia en muchos momentos e instancias, pero cuando de actuar se trata, es absolutamente necesario detenerse a pensar por un instante, no solo en las consecuencias personales de los actos que a estas alturas muchos hemos asumido como consecuencia “natural” de una lucha política revolucionaria histórica desde este alero (un canazo, una golpiza policial, una intervención telefónica, un allanamiento o una penosa muerte), sino que además, debemos considerar de sobremanera la repercusión a gran escala, orquestada, respecto de la validez de nuestras acciones, y como en vez de generar adhesión, o mínimos grados de comprensión a tal o cual práctica libertaria, generamos un efecto nefasto e inversamente proporcional en el resto de la ciudadanía.

Me he preguntado, luego de este acontecimiento, que acción necesita de la mayor cantidad de “cojones” para realizarse: ¿ armar y poner una bomba en alguna dependencia del estado o de la propiedad privada o convencer y trabajar con un grupo de “viejas” y “viejos” en algún proyecto de autogestión en algún sector popular?, pega mucho mas a largo plazo y que necesita, en gran medida, dedicación, tiempo y capacidad de acción colectiva. Para algunos efectos en la cultura y en la sociedad no basta con este tipo de propaganda por el echo, ni una acción reivindicativa de los principios ideológicos del anarquismo a través de estos actos. Simplemente deben asumirse las tareas con el rigor que significa construir un “germen” revolucionario efectivo, que según mi humilde reflexión, no es inmediatista, ni fácil, ni individual y posiblemente tenga consecuencias mucho mas graves que las acontecidas luego de la muerte del compa Morales, es cosa de revisar la historia. Valga aclarar que por lo anterior no es que esté cuestionando los métodos de lucha, sino mas bien los momentos y objetivos para la ejecución de tal o cual herramienta.

No se debe confundir acción directa de sujetos organizados en pequeños núcleos con acción directa de organizaciones masivas, claramente lo primero debe ser consecuencia de una plataforma de lucha asumida por lo mencionado en segundo orden, sino, estamos avalando aún más los mecanismos de intervención y represión del estado al servicio de los poderosos (…) les estamos dando razón de existir, y lo que es peor, les estamos regalando la capacidad de reflexión en estos asuntos a los medios de prensa burgueses que generan la opinión de muchos de nuestros vecinos, padres, familiares, amigos y personas en general que no están dentro del movimiento (si es que así se le puede llamar) y que son potenciales factores de cambio incluso revolucionario si se generan proyectos de trabajo social popular con ellas y ellos, sobre todo en la actual época de crisis económica

No es lo mismo una acción aislada que una estrategia de acciones orientadas a romper los cercos comunicacionales para generar un debate ideológico en nuestros entornos cotidianos, sociales u orgánicos, nuestro medios de comunicación alternativos no bastan para justificar o para aclarar mínimamente las acciones ante la población (…) claramente, debemos apostar a generar un mayor vínculo con nuestros sectores sociales y desde ahí ser motor de cambio revolucionario, previo análisis colectivo de las situaciones y razones de los actos y hechos con todos nuestros cercanos, que viven diariamente la misma represión simbólica y fáctica que nosotras y nosotros por parte del estado, los gobiernos de turno y el capital.



Por Letra libertaria