miércoles, 20 de junio de 2012

Autogestión, barrio y Movimiento Libertario. Para una construcción barrial desde el Anarquismo.


“En lo que hacemos cuestión fundamental es que la acción directa popular ejercida a nivel de masas es definitoria. Porque esta acción directa, esta lucha crea conciencia, este nivel popular de la acción directa, de la lucha de masas, crea conciencia en los militantes, por una parte.

Permite acumular fuerzas realmente, fuerzas reales que se forjan en la peleas y no en permanentes repliegues supuestamente tácticos; no debilidades sino fuerzas reales, que se crean en el seno del pueblo.” Acción Directa Anarquista. Una Historia de FAU. Tomo IV.

“Según nosotros, todo lo que está dirigido a destruir la opresión económica y política, todo lo que sirve para elevar el nivel moral e intelectual de los hombres, para darles la conciencia de sus propios derechos y de sus propias fuerzas y para persuadirlos de que defiendan ellos mismos sus propios intereses, todo lo que provoca el odio contra la opresión y suscita el amor entre los hombres, nos acerca a nuestra finalidad y por lo tanto es un bien, sujeto solamente a un cálculo cuantitativo para obtener con determinadas fuerzas el máximo de esfuerzo útil.”. Malatesta. Pensamiento y acción Revolucionarios.

“Para hacer propaganda hay que estar en medio de la gente, y es en las asociaciones obreras donde los trabajadores encuentran a sus compañeros y en especial a aquellos que están mas dispuestos a comprender y a aceptar nuestras ideas. Pero aunque se pudiese hacer fuera de estas asociaciones toda la propaganda que se quisiera, esta no podría tener efecto sensible sobre la masa trabajadora.”. Malatesta. Pensamiento y acción Revolucionarios.

“La expresión “acción revolucionaria espontánea” puede llevar a confusión. Al menos los anarcosindicalistas toman buena nota de la observación de Bakunin de que las organizaciones de trabajadores deben crear, en el periodo pre-revolucionario “no solo las ideas, sino también los hechos del futuro”. Los logros de la revolución popular, en España en particular, se basaron en un paciente trabajo de años de organización y educación, elementos de una larga tradición de compromiso y militancia (…) Guerín escribe que “la revolución española había alcanzado cierta madurez tanto en las mentes de los pensadores libertarios como en la conciencia popular”. Y cuando, con el golpe de Franco, la agitación del golpe del 36 llevó al estallido de la revolución social, las organizaciones de los trabajadores contaban ya con la estructura, la experiencia y la conciencia para emprender la tarea de la reconstrucción social.”. Apuntes sobre anarquismo. Noam Chomsky, 1970.

“Un componente esencial de la lucha por transformaciones sociales a todo nivel, en la búsqueda cotidiana por solucionar las más diversas problemáticas y necesidades, algunas de ellas sentidas y de carácter urgente que afectan en todo sentido a nuestro pueblo, es la autogestión, es decir: la gestión autónoma de un colectivo en la realización de una determinada actividad con sus propias fuerzas y a partir de su propia iniciativa. Pero nuestra propuesta de gestión de los medios productivos y de organización de la sociedad lejos está de admitir fines inmediatistas y por lo contrario va ligado a una lucha finalista que es de largo plazo. Es por tanto, la auto-organización del trabajo y los distintos aspectos de la vida social, es la planificación directa, la auto administración, el autofinanciamiento de las cosas y no tiene fines de lucro sino un fin social. No obstante no podemos perder de vista que una autogestión total no se logra sino tras la irrupción de una nueva sociedad que abra los marcos de condición para su posibilidad. Reconocemos que nos encontramos en una sociedad adversa para el desarrollo de experiencias de esta índole, no obstante, no comprender la validez de experiencias actuales de autogestión en diferentes niveles por no poder ser estas un modelo integro del ideal que pregonamos, representa ser una visión idealizada de las cosas. Pero también tenemos en cuenta que muchas experiencias que se encasillan y/o etiquetan en la “autogestión”, no son sino pantallas que sirven como legitimación del continuismo capitalista. No hay otra forma sino siendo protagonistas del desarrollo de estas experiencias, que a priori no son ni buenas ni malas, si no se apuntalan mediante procesos de formación ideológica para evitar lo más posible, el desviacionismo en tanto tales.

Toda herramienta y práctica autogestionaria no debe entenderse entonces aislada de las luchas populares ni debe carecer de una perspectiva clasista. Sin esto, aún cuando posean un valor referente como paradigma alternativo, terminarán reflejando, reproduciendo o acoplándose funcionalmente al sistema que se pretende superar, quizás algunas, sin lugar a dudas, con las más sanas intenciones, pero incursionaran entonces por un camino opuesto a la autogestión. Hay cooperativas que reflejan, aunque no íntegramente, los principios de autogestión, son estas experiencias que se encuentran en un proceso autogestionario, aunque por momentos y/o eventualmente se valgan parcialmente del mercado capitalista para distribuir sus productos y perciban, sin condicionamientos, un financiamientos de organismos empresariales, gubernamentales o no gubernamentales, podrán lograr la capacidad de sostenerse en la línea autogestionaria si mantienen los principios genuinos de la autogestión y si se sostienen política y orgánicamente independientes y autónomas de estos.

Esta concepción resulta, desde nuestro análisis libertario, un valor teórico-práctico fundamental para entender las luchas populares desde una gestión directa, que apuesta a eliminar la propiedad privada y consecuentemente conquistar la socialización de los medios de producción y decisión política, todo lo cual comienza desde ahora dando respuestas con experiencias que muestren la viabilidad en la práctica de las concepciones propugnadas como verdaderas alternativas, apuntando al desarrollo de estas al margen siempre del control institucional. Es así que nuestra concepción de la autogestión, tampoco confunde la cogestión de un conjunto de colectivos del pueblo organizado, con la co-gestión donde obreros y empresarios participan de la administración de una empresa, concepción esta más ligada a la conciliación entre las clases que a la lucha entre estas, aunque una experiencia parcial de co-gestión muchas veces sirve como avance paulatino hacia una completa autogestión. Toda práctica autogestionaria surge teniendo como objetivo el beneficio colectivo y se debe oponer a la búsqueda de soluciones individuales, ya que implica el llevar adelante una nueva concepción y una nueva práctica que se asienta sobre valores de solidaridad y apoyo mutuo popular. “.

A través de la historia han existido experiencias autogestionarias que son ejemplos insoslayables a la hora de revisar y enriquecer prácticas de esta índole en el presente. Muchas de estas experiencias terminaron desarticuladas por políticas hostiles a un desarrollo directo de la producción en las fábricas y en el campo, y fueron aniquiladas, muchas veces por la fuerza, o producto de la ingerencia desvirtuante del poder estatal y nunca por incapacidad del pueblo o por ineficacia o inviabilidad de llevar adelante en la práctica dicha concepción. Algunos ejemplos, pero no los únicos, son: las Secciones Populares en la Revolución Francesa del 1789, así como la Comuna de París del 1871; los Soviet Obreros en la Rusia del 1917; los organismos productivos y defensivos del campesinado Maknovista en Ucrania hasta el `21; los Consejos Obreros de las fábricas tomadas en la década del ´20 por los obreros italianos; las Colectividades campesinas de la España del `36, la Comuna Húngara; etc. Ninguna de estas experiencias deben dejarse de tener en cuenta como elementos históricos y genuinos de autogestión, y como aprendizajes importantes tanto para el presente como para el futuro. Como socialistas libertarios organizados, vemos en la autogestión, un principio indentitario del anarquismo, principio templado en las luchas populares con perspectivas transformadoras. Entendemos entonces a la autogestión como “autogestión popular” y no como prácticas aisladas y autocomplacientes de una visión idealizada de la misma sostenida en el purismo de los estantes de una biblioteca, sin tener en cuenta el contexto en el que se llevan adelante. Así entendida, la autogestión es un componente integrado al concepto de poder popular y es con la acción directa, la democracia directa y la horizontalidad que adquiere un sustento real, como parte inseparable de los postulados históricos del socialismo libertario.”. Principios orientadores e ideas fuerza. Capitulo 4: Autogestión. Colectivo Socialista Libertario. Uruguay-2009.

Chile es una sociedad en contexto pos-industrial de economía primario-exportadora y de servicios vinculado a un mundo de flujo de capital financiero especulativo. A diferencia de las primeras décadas del siglo XX nuestros barrios no están organizados a partir de la industria como motor del desarrollo social-local. Los complejos industriales, fábricas y bodegas se sitúan hoy en la periferia del anillo de la circunvalación Américo Vespucio teniendo, los trabajadores y trabajadoras, que trasladarse kilómetros a sus lugares de trabajo, o al centro de Santiago, donde se desarrollan las actividades de servicios, dificultando el desarrollo de una vida de barrio y comunidad. Los estudiantes de educación primaria y secundaria, mantienen un mayor  vínculo con sus barrios dado que solo una parte de ellos se traslada de comuna para estos fines y aún dependen de la tutela de sus padres, los estudiantes universitarios se desligan de sus barrios de manera paulatina, tienen mayores niveles de autonomía individual. Podemos ver que en horario de trabajo y de estudio, son mayor cantidad de mujeres dueñas de casa, niños y niñas en edad escolar los que deambulan por las calles y pasajes de las poblaciones (…) también los desempleados; son los grupos potenciales para organizar.

La organización autogestionaria debe darse en todo nivel. Ante la imposibilidad de que los grupos de trabajadores agrupados o no sindicalmente puedan en el presente contexto asumir el control de su actividad productiva, la autogestión en tanto auto-apropiación, organización y administración de la fuerza productiva debe comenzar a trabajarse en la mayor cantidad de instancias posibles, sea en un comité de allegados para fines propagandísticos, en una organización cultural para conseguir insumos o desarrollando algún tipo de actividad productiva cooperativa con vecinos en los barrios.

El asistencialismo institucional y el micro-emprendimiento son la base de nuestra cultura económica, va determinando nuestras decisiones de carácter político. El cooperativismo perdió su lugar en el desarrollo de alternativa económica y como forma de proyecto de sociedad, pero sigue siendo la salida mas potente a los problemas sociales y a eventuales crisis económicas o desastres naturales; es nuestro mecanismo de sobrevivencia.

La autogestión para esto es fundamental, y debe combatirse con auto-organización el paternalismo institucional que tiende a instrumentalizar las necesidades de la población y a profundizar la dependencia popular hacia los grupos gobernantes, para dotar de verdadera autonomía los espacios en construcción. 

Las organizaciones territoriales son una necesidad, son el espacio donde poder incubar  relaciones sociales de nuevo tipo y para subsanar factores derivados de la precariedad económica, de habitabilidad o necesidades sociales educativas; resolver necesidades con autonomía va generando poder popular. En tanto necesidades, las iniciativas planteadas de manera sistemática, mas temprano que tarde, terminan por ser valoradas por la población y promovidas por esta.

Los procesos de acumulación son lentos y derivan de experiencia organizativa. El rol de los libertarios es la de sistematizar los procesos y darle continuidad hasta que la tarea de control y desarrollo quede en manos de la población. En estos casos la organización es una escuela para la construcción y de-construcción de “cultura política” en que la deliberación colectiva, el trabajo conjunto, la responsabilidad individual y los elementos de “politización” prácticos se van haciendo “carne” en nuestros vecinos y vecinas. Porque organizar significa superar necesidades, superar egos, superar grupos que estarán en contra de la organización y entrarán a disputar territorios a veces de mala manera; organizar significa superar las propias limitaciones, significa ir proponiéndose objetivos e ir cumpliéndolos colectivamente.

Una organización autogestionada aislada reduce su capacidad de impacto e ingerencia. El trabajo en red, para el potenciamiento de aquellas organizaciones que están débiles, o que necesitan reforzar sus procesos es fundamental. Inclusive, desde el punto de vista financiero, las organizaciones autogestionadas necesitan en instancias la colaboración de sus pares, no con cuotas de dinero, sino mas bien en términos de participación en actividades para estos fines, ayuda a romper el aislamiento y a subir la moral de quienes organizan, permiten la continuidad de los procesos permitiendo la focalización militante en las tareas programadas y no en actividades puntuales, a pesar de que cada instancia sirve como aprendizaje de trabajo colaborativo.

La autogestión no es una herramienta para el populismo, es un mecanismo de lucha para forjar un pueblo combativo. En Latinoamérica se han sucedido experiencias que han partido de movimientos que en sus bases tácticas han planteado la autogestión a modo de desarrollo de bases forjadas en peleas con la institucionalidad. El movimiento piquetero en Argentina, cocalero en Bolivia y Sin Tierra en Brasil libraron grandes batallas para solucionar sus necesidades. Con la autonomía conseguida en instancias de autogestión territorial lograron convertirse en gobierno. Llegaron al tope de su despliegue y hoy son los intereses de capitales extranjeros los que copan la agenda (capitales latinoamericanos y no) y condicionan la política en estas naciones, cooptan a los sectores mas radicales e inmovilizan a los movimientos sociales. Atrás quedaron las consignas de soberanía e independencia para los pueblos en Bolivia, de pleno empleo en Argentina y soluciones territoriales para los millones de desplazados en Brasil. 

Letr(A) Libertaria.

Documental. El cine Libertario.

Saludos Libertarios!

Es conveniente aclarar que todo este tiempo de inactividad del blog no ha sido en vano, se ha acumulado una rica experiencia de trabajo en "lo social", que esperamos dará fruto en relatos y opiniones sobre los tópicos que aborda este humilde blog. Intentaremos darle regularidad a este nuevo aire, para seguir en la construcción de ese "nuevo mundo que llevamos en nuestros corazones". Letr(A) Libertaria Autogestión Social. Arriba el pueblo organizado!! Arriba los que luchan!!.