martes, 12 de enero de 2010

Anarquismo de Base y Organización Política Anarquista Extendida

Un aporte al debate de la expansión de la organización anarcocomunista


El 9 de enero, un encuentro anarcocomunista en alusión a la conmemoración de los 10 años de creación del CUAC, culminaría 2 días de exposición de prácticas, experiencias, trabajo de frentes, en referencia a lo que se tildó de “anarquismo social”, manifestando que el actual contexto requiere posicionar la idea en la construcción social.

Pero no culminaría de cualquier forma, sino con un intercambio de posiciones e ideas, individuales y colectivas, respecto de la conformación de un referente organizativo nacional. Sobre el origen de la propuesta y de sus intenciones, cualquier opinión sería sólo especulación por falta de información y desviaría la intención del presente artículo de opinión, además de diluir la discusión de fondo que se busca sustentar en base a la experiencia.

Considerar la organización política como estrategia va de la mano con considerar la necesidad de propagación de tal y ante eso, la organización macro es indispensable para los alcances que se buscan.

El fondo de la propuesta está dado por la necesidad cierta de coordinación a nivel nacional, como referente de clase, unión de dispersos e individualidades, coordinación de ideas y difusión. Pero para todo partícipe de más de una instancia de organización política y política social anarquista, es deber no desentenderse de los procesos ya vividos y que hacen sentido con nuevas vivencias y la permanente inquietud libertaria.

Enfocarse en la construcción de una orgánica nacional a corto-mediano plazo en el actual contexto de organización anarquista adolece de un adecuado diagnóstico, se espera que este sea el primer paso y el llamado realizado a la constitución de tal debe ser el detonante a efectuar tal rigurosa evaluación. Aún persisten los vicios que nos disgregaron. Aún no hay énfasis en la premisa de construir desde abajo, no se prioriza en las bases sociales, hay militantes con énfasis en la teoría (cuadros con nula praxis), juego de egos, afán de poder (manifestado en la apropiación que algunos hacen de las orgánicas), política de alianzas por sobre las decisiones, etc., hasta llegar al mayor y peor obstáculo: escasez de autocrítica.

No concibo la organización sin la autocrítica, sin la evaluación. La libertad se logra en el cuestionamiento, la lucha es la crítica y debe partir en casa. Esa autocrítica tiene que ser profunda y analítica, puesto que la autocomplacencia es el camino más directo del error al horror. Cuántas orgánicas disueltas, quebradas, cuánto trabajo deshecho y desecho, pero aún no se ve autocrítica.

En el encuentro se habló de lo grave de la autocomplacencia y la búsqueda de la autocrítica, pero la autocrítica no se escucha, no se promete, sencillamente se hace. Las contradicciones metodológicas deben ser resueltas, los vicios autoritarios extirpados, el afán de vanguardia y los conflictos de poder eliminados, la discusión debe fomentarse y el cuestionamiento es el comienzo, la crítica debe instalarse como columna del movimiento, sino el anarquismo se jactaría en vano de su dinamismo.

Además, una coordinación mayor requiere estar sustentada en bases sociales. La organización no viene a satisfacer problemas de identidad, ni a cubrir las incapacidades de generación de autoorganización de cada sujeto o grupo de sujetos. Este debe construir independiente de si está o no en una organización política. Allí, entonces, es que la organización política viene a reforzar, coordinar trabajo.

Coincido en la necesidad de la orgánica extendida, pero también reparo en que ninguna estructura social avanza con desconfianzas. Confianza es lo perdido. Ingresaron tantos como tantos dejaron de llamarse compañeros entre sí. El llamado hecho a constituir la orgánica nacional debe ser utilizado como el elemento que imprima con fuerza nuestra propia y radical reformulación.

La autocrítica para el re-direccionamiento de nuestros esfuerzos hacia el comunismo libertario con el fomento de la autoorganización de base: la autogestión social, recuperando así las confianzas, para que en 10 años más no pasemos de hablar de “anarquismo social” a hablar de “anarquismo de base”.

Compa anónimo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

... ponganle el nombre que quieran, pero, con anarquismo o sin anarquismo mi punto de vista supera el aspecto ideologico o de corral como muchas veces se le cristaliza

primeramente es el rechazo a la ausencia de bien lo que motiva la actitud y la opinion y la accion

y ademas como el que mira tengo un punto de vista y si quiero indicar mi punto de vista tengo que darlo de manera que aquel que lo reciba responda tambien rechazando la ausencia de bien

es fundamental la afiliacion basica filial, o sea, la historia de cada uno y, por mi parte muy luego empece a preguntarme de por que habia nacido en esa familia y luego los interrogantes que conlleva esa historia personal y familiar

asi llegue al convencimiento que tenia que diferenciar sin excluir el hecho concreto de la existencia de un sistema y el lugar que me correspondia ocupar de lo cual aparecio la causa de todos los conflictos y la falta de libertad para decidir

la unica opcion que se me ocurrio fue llevar una doble agenda de vida una insertado en una rutina determinada por el sistema y la otra intentando a travez de la amistad a crear y a emprender proyectos colectivos al margen de la periferia del poder excluyente que se desprende desde el sistema

el resultado de esta manera, si se quiere, de caracter tactico y estrategica es que en algunos puntos de convergencia se produce la posibilidad de influir en las personas para cambiar tanto de adentro como de afuera el estado de cosas que se manifiestan por exceso de determinismo y/o falta de un mayor grado de voluntarismo para lo cual 'el determinar la ausencia de bien es lo mas importante, creanmelo y si no traten de hacer la prueba esten donde esten

dutcho oudaen
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