miércoles, 20 de enero de 2010

¿Y la organización en las bases?

Que la Concertación se acaba como coalición; que el “progresismo” inunda la ideología del conglomerado y toma el té con el PC, dejando fuera a la DC; que el matrimonio PS-DC no tiene sentido sin poder, pero que seguirán juntos por los hijos (electores de “centroizquierda”) o sea por conveniencia; que MEO le sacará militantes al PS pero que a la vez buscará cercanías con los partidos porque los necesita; que así también se irán militantes PS con Arrate; que desde la DC al PC quedarán muchos cesantes pero con buenos ahorros (ONGs, quienes viven de proyectos, empresarios de la pobreza, Concertacionistas, Podemos, burócratas y reformistas varios); que algunos PC seguirán migrando a la izquierda extra-parlamentaria… en fin, cálculos, especulaciones, nada más y menos interesante que ver cómo se reorganiza el enemigo.

Y aunque la organización de los poderosos y hambrientos de poder es fundamental, el análisis siempre será hecho desde nuestra realidad, por lo que el llamado es a analizar el estado de nuestra autoorganización como clase.

En el terreno sindical, estudiantil y poblacional, con los socialdemócratas, se propagó la instrumentalización de las movilizaciones, las maquinaciones y acuerdos sin las bases, la burocratización y perpetuación de los dirigentes cercanos al poder. En otras palabras, estos espacios que podrían ser expresión de autoorganización social son plazas de concentración de poder, con bases pasivas y sumisas, si es que no están disgregadas por la abulia. Ahora, nada de eso se acaba con un cambio de gobierno, pero el escenario podría ser el siguiente:

• Los que ganaron las elecciones y la profundización de la desorganización

La desorganización de abajo es elemental para un terreno dócil y maleable para el poder político, económico y moral, donde de hecho el sector del gobierno electo nunca dejó de tener preponderancia. Así, por una parte se ve venir la flexibilidad laboral, pues es la prioridad legal de empresarios que quieren libertad de despidos y que tenderá a atomizar más a los trabajadores que pasarán de un trabajo en otro para subsistir. Por otro lado, un estado enfocado en la delincuencia derivará en un estado policial, con más control y represión, y con más intervención en los territorios y mayor criminalización de quien no ceda a sus políticas. Nada muy distinto de los últimos 20 años, sino una aceleración para beneficio de los privilegiados.

• Los que perdieron las elecciones y su enfoque en las dirigencias sociales

Aquellos que sin duda volverán a buscar el poder (todos los que apuestan por las elecciones eclipsando cualquier afán de mínima moral que busque el fin de la explotación y la opresión) revitalizarán sus frentes de base para no perder a sus votantes e intentarán marcar diferencia con el gobierno. No sólo buscarán fortalecer su presencia en la CUT, los sindicatos de la salud, federaciones de estudiantes, unidades vecinales, etc. sino también buscarán controlar aquellas dirigencias que no poseen. La única certeza para pensar que no sólo será el PC quien hegemonice los frentes como ha ocurrido mayoritariamente hasta ahora, es el llamado de “federación de organizaciones ciudadanas” que ha hecho MEO y además las declaraciones que provienen de la visión más unitaria (Tohá) que hoy tiene la Concertación: “abrir los brazos” a la ciudadanía “que requería más cercanía, más participación”.

Así, ambos grupos de poder mantendrán sus tentáculos en las bases profundizando sus métodos y arrinconando las posibilidades escasas que aún quedaban en el campo popular.

Entonces: es fundamental fomentar las prácticas y su conceptualización, la interrelación entre las experiencias, la autocrítica y la politización no partidista de las bases, en fin nada más que la autoorganización sin vanguardias calculistas. Construyendo desde abajo hacia arriba se hará resistencia a la penetración del estado y a la instrumentalización que hacen los hambrientos de poder.

Nuestra tarea permanece intacta contra las mismas estructuras: Capitalismo y Estado. La alerta es la misma: ante quienes atomizan, hegemonizan, burocratizan y dominan a través de las dirigencias. ¡Hacia la autogestión social!... con la misma urgencia de siempre.


Por Sandro

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